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Desde 1913
Nuestra ciudad, entre la indiferencia y el desdén, no es ejemplo de apego al pasado. No nos conmueve que alguien diga que su negocio es de tercera o cuarta generación. ç
Pero esas tiendas que fundaron nuestros abuelos son meritorias supervivencias y en palabras de Azorín (tiempos y cosas) “Pequeños museos de arte y de etnografía”.Jacinto Gonzalvo fue el patriarca de este establecimiento abierto en 1913, que pasó a su hija natividad y luego al hijo de ésta, Pepín, que es quien lo dirige actualmente. empezó como sastrería en general y pronto se especializó en uniformes, conservando en sus ochenta años operativos el mismo rótulo comercial.
En este momento además de los efectos militares y la hípica se mantiene la sastrería militar y civil y la confección de uniformes, con medida industrial, tanto militares o para policías locales como para bandas de música o modelos especiales. no menos variadas son las togas para licenciados, abogados, jueces, fiscales y magistrados, con su aditamento de mucetas o esclavinas, manguitos y birretes. siempre atractivas son las sillas de montar, inglesas, tejanas, portuguesas y la española, llamada también vaquera o albardón.